Lo que más extraño son tus brazos. Abrazarnos, volvernos uno, uno en el mundo, solos con el amor. Coordinar nuestra respiración. Acariciar tu espalda. Sentir el aroma de tu cuello y enloquecer. Mirarnos fijo a los ojos sin decir palabra, mientras las bocas tiemblan de deseo. Sentir las piernas ceder, buscando despegar. Besarte cada rincón de tu rostro para acabar en tus labios y volar mientras el mundo se apaga y sólo se oyen nuestros corazones queriendo escapar del pecho, para también abrazarse y no soltarse jamás. Lo que más extraño son tus brazos, iniciadores de ese ritual de amor... Ahora son otro los brazos que buscan tu iniciación. Yo profano de religiones antiguas, como cuando eramos uno, me dejo arrastrar al sacrilegio de tu recuerdo, mitigando el dolor de tu nostalgia, maldiciendo incluso, el habernos encontrado. Porque este encuentro nuestro no tiene más fin que llevarnos al infierno, henchidos de orgullo, armados de lujuria y placer... y arder. Arder tan lenta y suavemente hasta incinerar nuestros recuerdos y presagios, hacer de ellos una cama de espinas... y yacer. Yacer hasta que se claven en lo más profundo de nuestras almas, destinadas a vagar buscándose por siempre en el averno. No podemos mirar con los ojos de hoy, querer que todo sea igual, tú no eres la misma. Como si pudiéramos reciclar suspiros, dar un mismo beso por segunda vez... Con las cinco letras del "tarde" no se escribe un ahora. El amor que fue, ese nunca vuelve, siempre muere, En Los Brazos Del Olvido.
Isaac Ortigosa, Franky Guillén y Cristobal Pérez.
tristemente hermoso
ResponderEliminarGracia Betty!!!
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